Ceferino Namuncura.
¿Un santo católico posible...?
Nieto del legendario
koná y ülmén
Kallfukura.
Fue el tercer hijo
de Manuel
Namuncura,
cacique mapuche radicado en el lado argentino de la Cordillera de los Andes,
y de su tercera esposa, Rosario
Burgos.
En 1988, los
misioneros salesianos convencen a Manuel Namuncura de que bautice a su hijo,
colocándole el nombre del santo correspondiente al día de su
nacimiento (San Ceferino).
Manuel Namuncura,
recordando los consejos de su padre (Kallfukura), previendo quizás
la traición de los winkas (lo que ocurrió efectivamente cuando
le quitaron las tierras) y buscando una solución para el desarrollo
de su hijo, en el año 1897 lo matriculó en los Talleres Nacionales
de la Marina. En este lugar, Ceferino sería objeto de inimaginables
ofensas y burlas segregacionistas de parte de los hijos de la clase dominante
de la época (hijos de oficiales y de la aristocracia winka), que
estudiaban en dichos Talleres. (De entre otros detalles, el idioma castellano
de Ceferino era malo).
Es aquí
en donde la mano
pia de los sacerdotes salesianos coge a Ceferino y lo incorpora
a un colegio de la orden en Buenos Aires, alejándolo de su tierra
y de su gente, no permitiéndole tener relaciones con mujeres... El
hijo del cacique no debía engendrar hijos... A los 17 años
ya mostraba claros síntomas de tuberculosis, que en esos tiempos era
incurable. Es llevado a Europa para ser mostrado (en Turín
a la reina y a la princesa de Saboya, y al Papa Pío X) como un trofeo,
el último botín de guerra y del triunfo del
cristianismo sobre el paganismo mapuche. Muere en
Roma el 11 de mayo de 1905, a los 18
años.
Las primeras
hagiografías quieren demostrar que la santidad de Ceferino
radica en el siguiente
contraste:
|
Los valores del
cristianismo y lo occidental |
Vida nómada,
violenta y pagana
|
|
¡Cómo
se nota la pluma cargada de
segregación...!, ¿a
quienes quieren
engañar?....
La cronista señala:
... su
orígen étnico no es un factor decisivo para la mayoría
de quienes escogen a Ceferino como su intercesor ante Dios...
Conclusión
final.
La iglesia
católica quiere contarnos el mismo cuento que ha hecho, en todas partes
del mundo, con todos los pueblos. Ojo: Hay vírgenes blancas, negras,
japonesas, chinas, mexicanas, peruanas, chilenas, etc., en fin, para qué
seguir.
La iglesia
católica se olvida que estamos en el Siglo XXI de su propia era y
que las comunicaciones han convertido al mundo en una aldea
global.
Los mapuches no
nos tragamos un cuento tan facilmente. Nos han querido engañar desde
hace más de 500 años y todavía no lo
logran...
Algunos datos
históricos.
Manuel
Namuncura.
Seguidor de los pasos
de su padre (Kallfukura), continuó por dos años después
de la muerte de éste con el mando de la Confederación
Indígena que acaudillaba, hasta su derrota, a manos del general Julio
A. Roca.
Después
de la rendición de los
mapuches del lado chileno de la cordillera, por el coronel Gregorio Urrutia
(Villarrica 1883), Manuel Namuncura se ve en la obligación
de rendirse ante el ejército argentino y hacer un pacto de paz, en
donde a Namuncura se le ofreció una pensión vitalicia, tierras
en las riberas del rio Negro (Chimbay) y el rango de coronel de ejército.
Obviamente, el rango de coronel de ejército es sólo simbólico
(sólo charrateras). Queda claro que como era de esperarse, el gobierno
argentino posteriormente le quitó sus
tierras.
Kallfukura.
Nació
aproximadamente en el año 1760, en los faldeos del
Llayma.
Su nombre se inscribe
en la historia winka, cuando Kallfukura, en el año 1834, decide
ayudar al gobernante de Buenos Aires, Juan Manuel Rozas, para
neutralizar los ataques de mapuches pampeanos; todo ello, a cambio de que
el gobierno de Buenos Aires no penetre al sur ni instale en él fuertes
o guarniciones. Kallfukura se encuentra al mando de 500 guerreros. (No hay
mejor cuña que la del mismo palo, pensó Juan Manuel
Rozas).
En 1835 Kallfukura
establece sus dominios en Salinas
Grandes.
Pronto se da cuenta
que el gobierno de Buenos Aires
traiciona el pacto, y decide obrar tácticamente, unificando a los
pueblos indígenas de la pampa (a los que en principio combatió),
estableciendo una Confederación Indígena capáz de negociar
de igual a igual con Buenos
Aires.
El 8 de marzo de 1872
el ejército de Kallfukura es vencido en la batalla de San Carlos por
el general Rivas y es obligado a replegarse al sur del río
Negro.
ñi namun epe
püralei
küwümew
nien ñi lanza
ina
kewayafin
kom tüfachi pu
cristianos
dewma kanchalenew
engün
fenchen ngünen
meu.
|
mi pié está
a punto de subir
en la mano tengo mi
lanza
y voy a ir a hacerles
la guerra
contra todos estos
cristianos
ya cansado me tienen
ellos
con tanta
mentira.
(Traducción
de Leonel Lienlaf
L.) |
Una última reflexión para los
mapuches:
¡Pelotuaimi
peñi!
¡Trepelaimiduam
peñi!