Wüñol Tripantu. Un relato histórico-mítico.

 

       En esta noche, hemos mirado al cielo para ver la última luna del año viejo, antes que se pierda en el Wenu mapu. Ya es de madrugada, es la hora del baño ritual, iremos al río tocando cultrun, pifilkas y trutrukas. Toda la comunidad se reúne para celebrar la nueva salida del sol, es el wüñol tripantu. (Pronto vendrá Pükem, el tiempo de las lluvias purificadoras de la tierra). Desde ayer las mujeres se encuentran preparando los alimentos que comeremos en la fiesta. También se ha renovado el Rewe (ngeykurewen) y es en este lugar que daremos gracias a Chau Gnechen por lo recibido en el año viejo y pediremos su protección para este nuevo año.

       Preparado el rewe, con las ofrendas de trayenco, muday, mote, y otros alimentos, para que nunca falten en la mesa del mapuche, el feyentun (acto de fé) se ha iniciado, la machi ya ha dicho su primera plegaria, acompañada de nuestros guillatufes (oficiales de ceremonia), y estamos en Nguillatun..., saludaremos a los espíritus del sur, del este y del norte, el ngenpin recibirá el mensaje sagrado por medio del wenwen (alimento espiritual) para entregarlo a la comunidad, para que cada uno de nosotros se encuentre preparado a enfrentar su destino.

En esta ocasión tenemos nueva machi, ante el rewe (altar), se hace machiluwün (iniciación de la machi) y como ha sido desde siempre, es ella quien anuncia al puelche y a los cuatro puntos cardinales: “Mis padres me engendraron para cuidar y levantar la olvidada sabiduría de mi raza: yo vine al mundo para que no se apague su luz... Me uniré al Canelo, seré una más de sus hojas...”. Hemos dado gracias nuevamente y con purrun (baile sagrado) nos retiramos para continuar la fiesta.

La fiesta sigue  en el lofche consumiendo los alimentos preparados para la ocasión. Se da comienzo al katan pilun, a nuestras niñas adolescentes se les perforan las orejas y se les entregan las joyas y nuevas vestimentas.

También es la ocasión para el lakutun (hacer tocayo), en donde el abuelo paterno le coloca su propio nombre a su nieto y le asigna herencia para cuando sea mayor de edad.

Por ser un día tan especial, se hace conchotungun (se regalan animales pequeños, en especial a los niños).     

En el epewtun, los ancianos relatan la historia de nuestro pueblo, y también está el pewütun, en donde las adivinanzas y el ingenio tienen su espacio.    

Se ha encargado a los niños que vayan a azotar a aquellos árboles frutales que en el año anterior dieron poco fruto, para que esto no se repita.

En el awar kuden (competencias), se jugará palin y otros juegos de pelota.

Para el pueblo mapuche el wüñol tripantu es un día de regocijo, de fiesta, en donde se vive plenamente en contacto con la naturaleza y la divinidad, en donde se comparten alimentos y se efectúan juegos sociales, en donde destacan los valores más nobles de nuestro pueblo: la familia, el compañerismo, el dar y el recibir.

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